Luciano Bergeret, designado para
desempeñar una cátedra en la Sorbona, deja la residencia provinciana en que le
hemos conocido y visto en las tres novelas anteriores y se dirige a París en
compañía de una de sus hijas. Publicado en 1901, con esta novela se evidencia
la cada vez más acusada preocupación político-social de France, quien
progresivamente se irá acercando a posiciones y tesis del partido comunista. La
trayectoria (defensor de causas humanitarias mediante elocuentes defensas de
los derechos civiles, de la educación popular y de los derechos de los
trabajadores), es patente a través de sus siguientes novelas: El asunto
Crainquebille, también de 1901, La isla de los pingüinos, de 1908, y La
rebelión de los ángeles, de 1914. No obstante, aunque France está en la lista
de los intelectuales de izquierda por un proceso de decantación, es un autor
demasiado explosivo e inmanejable para ésta.
«(Los socialistas) no ocultan sus ideas -pone France en boca de
Bergeret-, las proclaman, y sus ideas acaso merecen un examen serio. No tema
usted que se realicen demasiado pronto, porque todos los progresos son
inseguros y lentos, y casi siempre van seguidos de reacciones. El avance hacia
un orden más conveniente es indeciso y confuso; las fuerzas innumerables y
profundas que ligan al hombre con el pasado le hacen estimar los errores, las
supersticiones, los prejuicios y las barbaries, como atributos preciosos de su
tranquilidad. Cualquiera innovación bienhechora le espanta; es retrógrado por
prudencia, y no se atreve a salir del inseguro abrigo que guareció a sus
padres, aun cuando se derrumbe sobre él»
Autor: Anatole France
Publicación: Buenos Aires : Compañía General
Fabril Editora, 1961
Este libro es una nueva adquisición
del Sistema de Bibliotecas, y desde ahora puede ser consultado en la Biblioteca
del Carmen de Viboral, Colección de Literatura, 843/F815
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