martes, 27 de febrero de 2018

La anunciación a María

La anunciación hecha a María es un diamante de cuidadísima belleza y Paul Claudel (1868-1955), su autor, un orfebre genial y esmerado. Dramaturgo, poeta, diplomático, Paul Claudel es un personaje que podríamos tildar de discordante. Alcanza las cimas de la literatura moderna… tratando temáticas que más se antojan medievales. ¿Qué más podía esperarse de uno a quien lo sacó de su ateísmo leer a Rimbaud? Una página de su biografía explica la singular perspectiva de este autor. El joven Paul de dieciocho años acude a la misa de Navidad a Notre-Dame en busca de “un estimulante apropiado y materia para algunos ejercicios decadentes” y, para su sorpresa, recibe en lugar de lo que buscaba, la fe. Tenemos, pues, a un poeta de las vanguardias parnasianas metido a católico, que terminará siendo, en expresión de Mauriac, “un católico que escribe drama”. De ahí que sólo si se concibe a Claudel como un asceta sensual, se pueda comprender su Anunciación. Porque, ante todo, se trata de un drama místico a pesar de que su sencillez, rayana en la ingenuidad, posea el encanto de lo espiritual, de la proximidad de la gente del pueblo al Misterio —lo que, en un erudito como lo fue Claudel, es una virtud.

Autor: Claudel, Paul.

Publicación: España: Salvat; Alianza Editorial, 1971.

Este libro es una nueva adquisición del Sistema de Bibliotecas, y desde ahora puede ser consultado en la Biblioteca del Carmen de Viboral, Colección de literatura, 842/C615

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