Pablos es un típico pícaro que nos refiere en primera persona la
historia de su vida como se acostumbra en las novelas de este género,
moviéndose en un marco realista de crudas descripciones, situaciones y
ambientes sórdidos, donde se presenta al desnudo la vida española de la época.
Pablos, como Lázaro, comienza hablando del lugar de su nacimiento, Segovia, y
de sus padres, un barbero ladrón y una bruja alcahueta al modo de Celestina.
Enviado a la escuela, se hace amigo de don Diego, hijo del caballero don Alonso
Coronel de Zúñiga. Debido a las burlas de que es objeto y las pendencias que le
buscan, abandona casa y escuela y entra al servicio de don Diego. Como don
Alonso Coronel decide poner a su hijo en pupilaje, lo manda a casa de un tal
licenciado Cabra, "que tenía por oficio criar hijos de caballeros",
en compañía de Pablos, quien oficiará de criado suyo, según se estilaba
entonces. Pero el tal preceptor mata de hambre a sus pupilos, "su comida
era eterna, sin principio ni fin", por lo cual don Alonso retira a su hijo
y a Pablos del internado enviándolos a Alcalá para estudiar. Allí, Pablos sufre
las terribles burlas con que los estudiantes acogen a los recién llegados, las
hoy conocidas como "novatadas". Las crueles experiencias lo inclinan
al mal y a ser "bellaco con los bellacos por lo que muy pronto se entrega
a cometer algunos delitos menores, pequeños hurtos, juegos de manos, robo de
armas y otras actividades que le reportan algún dinero. Debido a que semejantes
andanzas llegan a oídos de don Alonso, éste escribe a su hijo ordenándole que
vuelva a casa, pero sin Pablos, quien, al mismo tiempo, recibe una carta del
verdugo de Segovia tío suyo donde le cuenta cómo su padre ha sido ahorcado y su
madre se halla presa en Toledo, acusada de brujería por la Inquisición.
Autor: Francisco
de Quevedo
Publicación: Barcelona : Salvat, 1969
Este libro es una nueva adquisición del Sistema de Bibliotecas, y desde ahora puede ser consultado en la Biblioteca del Carmen de Viboral, Colección general, 863/Q5H
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