El ensayo filosófico La paz perpetua, publicado
por Kant en 1795, poco después de la paz de Basilea entre Francia y Prusia,
esboza un orden de paz permanente entre los Estados que se presenta, asimismo,
como la meta final de la historia humana. Desde esta meta final de la paz
perpetua se explica también la necesidad de una constitución republicana en
cada Estado, necesaria, a su vez, para el desarrollo en plenitud de las
disposiciones naturales antagónicas del hombre (su insociable sociabilidad). La
instauración de la paz perpetua cuenta, por tanto, con la garantía última que
ofrece la propia naturaleza humana al utilizar el antagonismo como una argucia
hacia la concordia. Si bien esta garantía no es suficiente para vaticinar un
futuro de paz, sí lo es para obligar a los hombres a trabajar en la consecución
de ese anhelado fin. La paz permanente entre los Estados se revela, por tanto,
como el corolario indispensable de la conjunción de los principios de la
política interna y de la política exterior. Este pequeño ensayo remite
necesariamente a otras obras de Kant, anteriores y posteriores a 1795, en las
que desarrolla más detalladamente su filosofía de la Historia, así como su
concepción del Estado y del Derecho.
Autor: Immanuel Kant
Publicación: Madrid: Aguilar, 1967
Este libro es una nueva adquisición del Sistema de Bibliotecas, y desde ahora puede ser consultado en la Biblioteca del Carmen de Viboral, Colección general,193/K16pa
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